El CRATER NGORONGORO es la mayor caldera volcánica virgen del mundo y sus 304 Km2 son el mejor destino para ver a los «cinco grandes«. Elefantes, leones, leopardos, rinocerontes, búfalos y otros habituales de los safaris en Tanzania. Es el centro de los 8292 km2 del Área de Conservación de Ngorongoro (NCA), una extensión al este del Parque Nacional Serengeti cuyas planicies occidentales atraen en temporada a dos millones y medio de antílopes, cebras, búfalos y ñus.
Como Patrimonio de la humanidad de la UNESCO y Reserva Internacional de la Biosfera, el NCA cuenta con múltiples yacimientos arqueológicos de gran importancia. Sus tradicionales comunidades masais, datogas y hadzas conviven con su prodigiosa fauna salvaje. El turismo desempeña un papel esencial en la viabilidad de esta inmensa área de conservación ya que contribuye a crear escuelas, hospitales, carreteras y otras infraestructuras vitales para las comunidades locales.
Geología e historia
Dos son las fallas tectónicas principales que atraviesan la zona. Los nueve volcanes de Ngorongoro se formarán durante los últimos cuatro millones de años. Uno de ellos, el Oldoinyo, aún está activo.
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Puedes ver todos los datos generales de Tanzania en el siguiente artículo.
Durante milenios, el viento ha llevado las cenizas y el polvo de las erupciones volcánicas hasta las fértiles suelos de las llanuras del Serengeti.
El primer indicio de vida humana del NCA está en Laetoli, donde una roca volcánica con 3. Millones de años de antigüedad conserva huellas homínidas.
Los objetivos del Área de conservación de Ngorongoro son:
- La conservación y el desarrollo de los recursos naturales.
- La promoción del turismo.
- El fomento de los intereses de las comunidades locales dedicados a la ganadería y el sector lácteo.
- El impulso al desarrollo de infraestructuras.
¿Dónde reside la singularidad de crater Ngorongoro?
Los humanos y sus antepasados han vivido en el Ngorongoro desde hace más de tres millones de años. Hay pruebas de la existencia de una cultura de recolectores y cazadores hace 17000 años y han sido varias las tribus que han pasado por esta zona.
El objetivo del NCA es mantener el equilibrio histórico entre personas y naturaleza, algo que ha resultado imposible en la mayor parte de África. A diferencia de los parques naturales, el Área de Conservación del Ngorongoro permite la convivencia de gente y animales salvajes sin daño ni destrucción de sus respectivos hábitats. En juego están la rica biodiversidad de las llanuras del Serengeti, las zonas montañosas de Ngorongoro, los importantes yacimientos paleontológicos y arqueológicos y las cada vez más esenciales zonas de captación de agua. Mediante una gestión cuidadosa y una investigación continua que mantiene con éxito el delicado equilibrio entre humanos y naturaleza.
Las mejores zonas del cráter
La pradera es el paisaje dominante en la deslumbrante joya del incomparable circuito de safaris del Norte de Tanzania, el cráter de Ngorongoro. El cráter tiene un diámetro de 19.2 km2, una profundidad de 610 metros y una superficie de 304 km2.
La mayor zona arbolada es el bosque Lerai, entre cuyas acacias de corteza amarilla se refugian elefantes, alces africanos, monos y aves de vistosos colores.
El lago Magadi es una masa de agua alcalina poco profunda. Sus cambiantes orillas, normalmente flanqueadas por inmensas bandadas de flamencos, son el lugar de caza favorito de hienas, guepardos y otros depredadores.
De las fuentes de Ngoitokitok surge el exuberante pantano Gorigor, que al ser el estanque más septentrional que raya con el pantano Mandsai suele estar lleno de elefantes casi sumergidos e hipopótamos gruñones en plena pelea.
Que se puede ver en Crater Ngorongoro
Dentro del cráter de Ngorongoro se puede ver números animales.
Grandes felinos
Los grandes felinos encabezan la lista de prioridades de la mayoría de los participantes en safaris a Tanzania y es en este ámbito donde verdaderamente destaca Ngorongoro. El cráter cuenta con una gran población de leones del mundo. El más rápido de los animales terrestres, el guepardo, es muy común en las llanuras que rodean Ndutu, aunque se deja ver a menudo en el cráter. También el esquivo leopardo, que se siente más cómodo en los márgenes arbolados, se pasea por el cráter, junto al río Munge.
Depredadores
En el cráter viven cuatrocientas hienas moteadas que se comunican de noche mediante unos fantasmagóricos aullidos que se pueden oír a gran distancia. A pesar de su mala fama, estos animales que suelen dejarse ver de día son expertos cazadores. De hecho, los ecologistas calculan que las hienas de Ngorongoro matan al 90% de sus presas y que suelen ser los leones los que ejercen de carroñeros. En las praderas se encuentran a menudo simpáticos zorros orejudos y vistosos chacales mientras que los esquivos servales y las ginetas apenas se dejan ver en pleno día.
Aves y herbívoros endémicos
En el cráter viven 25000 herbívoros de las llanuras, los que supone una densidad de unos cien animales por kilómetro cuadrado. Predominan los búfalos, los ñus y las cebras, pero también hay una gran variedad de antílopes, como las gacelas de Grant y Thomson y los imponentes alces africanos. La pradera y las marismas acogen una gran diversidad de aves, desde la enorme avutarda Kori y la coqueta grulla coronada al bello bisbita gorgirojo. Miles de flamencos enanos se congregan a menudo en el lago Magadi creando una estampa espectacular bajo la alta pared del cráter.
Elefantes
Ngorongoro es el lugar de descanso perfecto para los viejos elefantes macho y en los pantanos del cráter se refugian ejemplares realmente magníficos con enormes colmillos que en cualquier otro lugar serían víctimas del comercio de marfil. Las manadas de cría más grandes a veces descienden a la base del cráter, pero es más habitual verlos en las laderas arboladas, donde hay más comida.
Rinoceronte
La base del cráter es uno de los últimos refugios de rinocerontes negros de Tanzania y el mejor lugar para observar a este animal que está en peligro de extinción en todo el mundo. Unos veinte ejemplares, permanecen estables y relativamente seguros. Los rinocerontes suelen pasar la noche en el bosque Lerai y salen al amanecer para pasar el día en las llanuras al sur y al este del lago Magadi.
Crater Empakaai
El cráter Empakaai, que está bajo el atrayente pico de Ol Doinyo ( hablaremos después de este volcán), es realmente magnífico, aunque por lejanía pocos turistas llega hasta él. Se trata de una caldera volcánica de 300 metros de profundidad y un diámetro de 6 Km dominada por un profundo lago gaseoso de color esmeralda que atrae a muchas aves acuáticas. La mayor parte de los 32 Km de la ladera del cráter son transitables y brindan espectaculares vistas y la posibilidad de ver monos azules, búfalos, antílopes bosbock y otros animales del bosque.
Volcán Ol Doinyo
El volcán Ol Doinyo Lengai, conocido por el pueblo de los masai como «La Montaña de Dios», está mostrando señales de actividad volcánica , según advirtieron los científicos. Y este fenómeno podría ser un problema para los nativos de la zona, ya que afectaría a sitios históricos que se encuentran cerca.
Ubicado al sur del lago Natron, el volcán de 370.000 años de antigüedad terminó de formarse hace unos 15.000 años. Su cima tiene dos cráteres, uno de los cuales se encuentra inactivo. Con su parte más alta a 2.960 metros sobre el nivel del mar, es el único volcán activo que arroja lava.
Se sitúa a unos 100 kilómetros de la ciudad de Arusha, y se lo conoce por su proximidad a algunos de los sitios paleoantropológicos más importantes del mundo. El Ol Doinyo Lengai está también a menos de 100 kilómetros de la Garganta de Olduvai, un sitio con yacimientos paleontológicos y arqueológicos prehistóricos olduvayenses y achelenses.
Además, se encuentra próximo a Laetoli, que posee una colección de huellas de homininis de más de 3,6 millones de antigüedad- y Engare Sero, un vasto testimonio de más de 400 pisadas de Homo sapiens. Es el más abundante y mejor conservado que se conoce hasta ahora en el continente africano.
Cráter
Volcán Olmoti
Las boscosas laderas del inactivo volcán Olmoti, justo al norte del crater Ngorongoro, alcanzan los 3099 metros de altitud. El nombre masai Olmoli (olla) hace referencia a su poco profundo cráter, en cuya base se dan cita los alces africanos, los antílopes bosbock y los pastores y rebaños masais. Desde el sur del cráter sale una pequeña pero espectacular catarata que se convierte en el río Mungue, cuyas aguas van a parar al lago Magadi, en la base del Ngorongoro.
Cultura en Ngorongoro
El NCA, que antes formaba parte del Parque Nacional de Serengeti, se creó en 1959 como un experimento pionero en el ámbito del uso múltiple de la tierra. A diferencia de los parques nacionales, que excluyen legalmente a sus antiguos habitantes, el NCA es una reserva de la biosfera, lo que quiere decir que la población local coexiste con la fauna protegida. Hoy unos 42000 pastores masais viven en el NCA, apacentando a su ganado según las estaciones en llanuras, bosques y montañas, al igual que pequeños grupos de datogas y hadzas. La única restricción impuesta a los masais es que, aunque pueden llevar su ganado al cráter, no puede vivir o cultivar en él.
Los masais, a los que se reconoce rápidamente por sus mantas rojas en forma de túnica, sus peinados teñidos de ocre y sus joyas de cuentas, llegaron al crater Ngorongoro desde el norte hace unos 200 años y su tradicional estilo de vida basado en el pastoreo apenas supone exigencias para el medio ambiente y la fauna. Se pueden visitar varias bomas y poblados masais y ya designados: 3 en la carretera que une la ladera del cráter y el Serengeti y otra en Irkeepusi, cerca de Sopa lodge.
La garganta de Oldupai
La garganta de Oldupai, uno de los yacimientos paleontológicos más importantes del mundo conocido como “la cuna de la humanidad”, recorre 40km a través de las llanuras al este del crater Ngorongoro. Fue aquí donde Louis y Mary Leakey desenterraron en 1959 una mandíbula que hizo que el calendario conocido de la evolución humana se atrasara hasta el millón y medio de años. Desde entonces en el yacimiento se han encontrado muchos más fósiles homínidos y herramientas de piedra que sugieren un asentamiento continuo durante más de un millón de años. Hay un museo que abre todos los días.
Laetoli
El primer signo de vida humana del NCA está en Laetoli, donde una roca volcánica con 3.6 millones de años de antiguiedad conserva las huellas del homínido Autrolopitecus afarensis que a pesar del pequeño tamaño de su cerebro ya caminaba erguido. En el museo Oldupai se guarda una réplica de las huellas Laetoli.
Montañas Gol
Al noroeste de las cumbres del Ngorongoro, se encuentran los antiguos picos de granito rosa de las montañas Gol, flanqueados por la garganta Oklarien, donde anida el buitre moteado, y por la cumbre Nasera, un monolito de 80 metros de alto. Durante los meses secos, las duras llanuras Salei sólo dan cobijo a los animales más resistentes, pero durante las migraciones de Marzo y Abril atraen a enormes manadas de ñus y cebras. Más al sur, las Arenas cambiantes, una alta duna negra formada por arena volcánica magnética del Ol Doinvo Lengai, se desplazan hacia el oeste por las planicies a una velocidad media de 15 metros al año.
Lago Natrón
Al noroeste del NCA está el lago Natrón, un poco séptico primigenio cuyas cáusticas marismas son la principal zona de cría africana de los flamencos. Por encima del lago destaca el Ol Doinyo Lengai, la montaña de Dios de los masais, un volcán activo que entró en erupción en 1966, 1983 y 2007-2008. Al sur de Natrón lo único que queda de la misteriosa ciudad que alojó a 30000 personas en su apogeo durante el medievo son los muros en forma de terraza y las acequias de riego abandonadas.
Lago Eyasi
Al suroeste del NCA encontramos el lago Eyasi, rodeado por el escarpado y abrupto valle del Rift. La lejana cuenca del lago Eyasi es el hogar de los datogas, pastores que llegaron a las cumbres del Ngorongoro hace al menos 300 años pero fueron desplazados por los masais. Este paisaje agreste y seco es también la tierra de los hadzabes que aún son seminómadas y son la única tribu que aún practica el estilo de vida de caza y recolección imperante en Tanzania hasta hace 2000 años.
La Gran migración
Al oeste del cráter de Ngorongoro, un camino que desciende por verdes pendientes hasta la vasta extensión de praderas a la que los masais llaman Serengueti (llanura infinita) y los extranjeros Serengeti. Las legendarias llanuras de hierba baja del Serengeti se distribuyen de modo más o menos uniforme entre el Parque Nacional del Serengeti y el NCA extendiéndose hacia el sur desde la garganta Oldupai y el lago Ndutu hasta las cumbres que coronan el Eyasi. Estas llanuras prácticamente sin árboles desempeñan un papel vital en la migración anual ya que todos los años en noviembre transitan por ellas más de dos millones y medio de ñus, cebras y antílopes. En febrero, acaba la época de gestación de los ñus, que aseguran la continuidad de la especie al sorprendente ritmo de 8000 partos diarios durante varias semanas, hasta que en mayor ponen rumbo al oeste para iniciar de nuevo su peregrinaje anual de 1000 km.
Safaris a pie en Ngorongoro
El Ngorongoro es uno de los pocos lugares del este de África donde se anima a los turistas a pasear por zonas donde abundan los animales salvajes, siempre y cuando vayan acompañados por un guía local. Se pueden organizar excursiones breves a través de cualquier hotel o de la sede del NCA. Las atrevidas excursiones nocturnas son aún más gratificantes, pero requieren más planificación. Una opción recomendable es el recorrido desde Olmoti a Empakaai y el descenso al valle del Rift, el norte de la Reserva Foresta de las tierras Altas y el este de las llanuras del Serengeti alrededor de la cumbre Nasera, las montañas Gol y la garganta de Olkarien.
Observación de aves
La variada mezcla de bosques, cañones, llanuras, lagos y marismas conforma un auténtico maremágnum ornitológico con más de 5550 especies registradas. En la base del cráter hay más abundancia durante la estación lluviosa cuando las aves migratorias de Eurasia como la cigüeña blanca y la lavandera boyera se mezclan con las aves oriundas como el avestruz, la avutarda da Kori y la grulla coronada. En las laderas del cráter hay multitud de aves forestales, como la tan buscada surucuá de cola franjeada y el deslumbrante trío de nectarinas, la de alas doradas, la bronceada y la Tacazze, mientras que las llanuras occidentales se animan con coloridas aves acostumbradas a la sequía como el granadero morado y el barbudo cabecirrojo.
Conclusiones
Podemos asegurar que conocer el crater Ngorongoro es una experiencia inolvidable por todas las particularidades que encierra este parque. Aparte podemos asegurar que es uno de los lugares donde es más sencillo ver de cerca la fauna salvaje de África.
Si queréis añadir observaciones o tenéis cualquier duda respecto al crater Ngorongoro podéis dejar vuestros comentarios más abajo.
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